martes, 22 de enero de 2008

Lost in translation

Ya estamos en Japon!! Solo nos ha costado unas cuantas horas de vuelo y pasar de los los 30 grados de Cairns (donde hicimos escala) a los casi 0 grados de Tokyo... hemos tenido que recuperar la ropa de invierno desde el fondo de nuestras mochilas... no ha sido complicado.

En el propio aeropuerto nos juntamos con mi hermana Patri y los Danis, que aterrizaron 15 minutos despues que nosotros provenientes de Vigo, una pequenha paliza de avion se dieron los pobres.

Uno se siente como el protagonista de la pelicula de Sofia Coppola cuando aterriza en esta ciudad. Al atontamiento del viaje y el adormecimiento de las neuronas por el frio se unio la terrible realidad de que en este pais se habla y se escribe japones. Ese monton de simbolitos sin sentido para nosotros hacen unos mapas de metro muy bonitos pero absolutamente incomprensibles. Os hago un zoom de uno de los mapas... el panico inicial es grande al plantarse delante de uno de ellos.

La realidad es que esta queja es infundada porque en nuestro caso teniamos anfitriones locales, Amos y Rachel, que viven aqui y nos llevaron y trajeron durante los primeros dias por laberinticas estaciones de metro, y pidieron por nosotros en bares donde no eramos capaces de identificar uno solo de los platos. Aqui tenemos a Amos, Rachel, y la hermana de esta, Avi, entre los dos. Hay que decir que Amos, aunque es Asturiano y lleva aqui menos de un anho, pilota japones como si llevara varios, al menos eso nos parece a nosotros que obviamente no tenemos ni punhetera idea. Rachel habla japones, chino y malayo entre otros... no podriamos tener mejor recibimiento.

La primera impresion de Tokyo fue bastante fuerte. Es una enorme ciudad, super cosmopolita, moderna, limpisima, bulliciosa. Las luces nocturnas de las calles comerciales no nos defraudaron, como tampoco los pasos de cebra multitudinarios en los que, a la de tres, unas 500 personas cruzan a la vez en linea recta y en diagonal creando una enorme marea de gente que aparece y desaparece en cuestion de segundos. Aqui teneis a Juan y Dani mezclandose con la masa, o al menos intentandolo.



En cuanto a los japoneses, que decir de ellos?. Sonrientes y amables, su casi perpetua sonrisa y su aficion por las reverencias, hacen a uno sentirse mal por tantas atenciones. Ademas, aqui no dejamos de ser exoticos y a veces, sin venir a cuento, nos observan, nos saludan e incluso nos sacan fotos. Lo cierto es que, a mi parecer, son gente terriblemente contradictoria, educados en extremo no dudan en clavarte los codos en los rinhones y meterte un empujon de ordago si te encuentras en el metro en hora punta, su espacio vital, sorprendentemente, es menor que el nuestro.

Por otro lado parecen gente tremendamente timida, y sin embargo no dudan en exhibir todo tipo de atuendos extravagantes y bailar o cantar en publico, al menos en lo que se refiere a la fauna humana que se agolpa los fines de semana cerca de la estacion de Harayuku. Es dificil de explicar, pero por alguna razon, decenas de chicas jovenes se reunen para vestirse de cualquier cosa, desde ninhas manga a personajes salidos de "Blade Runner".

Por si fuera poco, unos metros mas alla se encuentra la esquina de los "Rockabillies" donde, cada fin de semana, unos maduritos rockeros dejan pasmados a propios y extranhos dando lo mejor de si mismos al ritmo de la musica. Enfundados de arriba a abajo en cuero negro y exhibiendo unos tupes que harian palidecer de envidia a Travolta en Grease, bailando solos o en coreografias de grupo, no dejan indiferente a nadie.

No lejos de alli, la calle se convierte en un improvisado escenario donde jovenes grupos de la ciudad montan sus amplificadores para dar conciertos en plena acera a escasos metros unos de otros. Asi podriamos seguir una larga lista de personajes que abarrotan el parque junto a Harayuku escenificando obras de teatro, practicando claque, artes marciales o, simplemente, haciendo malabares. Esta claro que en Japon no existe el sentido del ridiculo, ni siquiera como concepto, cada uno va a lo suyo y hace lo que de la gana. Sin duda, una filosofia de vida de la que tendriamos mucho que aprender. Personalmente estoy a anhos luz de comprender por que alguna de esta gente hace lo que hace.



Por supuesto existe un Tokyo mas tradicional, nos dimos un paseo por el Palacio Imperial, bueno, en realidad por sus jardines pues del palacio no se puede ver mas que esa minuscula esquinita que veis en la foto. Los jardines son estupendos a pesar de que su esplendor lo alcanzan en primavera y otonho, cuando seguramente son espectaculares.



Visitamos unos cuantos templos, en uno de ellos coicidimos con una boda, resulta impresionante ver los trajes de los participantes, pero sin duda la mas espectacular era la novia, ataviada con un rigido traje blanco que le arreglaban cada dos por tres y con el que casi no podia moverse, a la pobre chica costaba verle una sonrisa.
En otro templo coincidimos con una ceremonia en la que participan los jovenes que tienen 20 anhos, las chicas estaban guapisimas con sus kimonos y aceptaron gustosas el fotografiarse con nosotros, por alguna razon les hizo mucha ilusion que fueramos espanholes, si cuando yo digo que somos exoticos...



Los farolillos y los "toriis" (esas enormes puertas que a menudo pintan de naranja chillon para auyentar con el brillo a los espiritus malignos) estan por todas partes, la verdad es que esto es precioso.



Otra cita ineludible con la tradicion fue asistir a un combate de Sumo, por suerte coincidimos con un campeonato bastante importante. Los fans estaban en la puerta del estadio viendo entrar a los luchadores que lo hacian con este aspecto tan autentico. Fue interesante aunque un poco aburrido, resulta curioso que dediquen mas tiempo a los rituales que acompanhan a la lucha que a la lucha en si. Al final del dia lucharon los grandes maestros, que despertaban autenticas pasiones entre el publico. No todos llegamos al final de los combates, algunos se aburrieron antes, no digo nombres, y abandonaron el estadio para ir de compritas a la Electric City de Akihabara, uno de los barrios especializados en electronica, algunos ya se imaginan de quien estoy hablando no?





Salimos de Tokyo en el tren bala para hacer algunas excursiones, una de ellas a Nikko, el que dicen que es el autentico Japon, un enorme recinto de templos y santuarios nos ocupo la tarde entera. No os podeis imaginar la tortura que suponia con el frio que hacia descalzarse una y otra vez para entrar en los templos, eso si, vimos lugares bellisimos (aunque no es posible fotografiar la mayoria de ellos).



En la siguiente excursion visitamos Hakone, donde subimos en un teleferico para observar las fumarolas pestilentes de azufre que se abren en la ladera de la montanha. En el barro hirviendo de estas grietas cuecen unos huevos que se quedan con este aspecto poco apetecible, pero los probamos y lo cierto es que a nadie le sentaron mal.



Desde la cima de la montanha se puede observar el Monte Fuji!!!... tuvimos que esperar a que despejara un poco pero finalmente lo conseguimos, ahi esta la mayor altura de Japon, el volcan dormido Fuji-san. En la antiguedad, su cima era un lugar prohibido para las mujeres, hoy dia, cuando el clima lo permite, es un destino muy popular para escaladores de ambos sexos. Es precioso, no creeis?



Antes de dejar Hakone disfrutamos de otra gran tradicion japonesa. Nos banhamos en un balneario onsen. Son casas de banhos donde mujeres y hombres, por separado, disfrutan completamente desnudos, de piscinas termales. Antes de banharse hay que lavarse sentados en unas pequenhas palanganas que todo el mundo usa. Una experiencia bastante intensa ya que fuimos a un onsen muy pequenho, donde, al menos en nuestro banho, solo habia locales. Patri y yo hicimos el tipico: "alli donde fueres haz lo que vieres", y nos limitamos a hacer lo que las otras hacian. Por supuesto no hay documento grafico.

Antes de abrir el capitulo gastronomico quiero dedicar un parrafo a otra tradicion francamente sorprendente. Se trata de una casa de juego donde la gente solo juega a una cosa: el Pachinko. La mecanica del juego es incomprensible pero la finalidad es ganar unas bolas que luego se cambian por regalos, y segun dicen, tambien por dinero extraoficialmente. Estas enormes salas de juego son los lugares mas ruidosos y caoticos en los que probablemente he estado, con cientos de musicas diferentes sonando a la vez y personas de todas la edades que durante horas meten bolas en una maquina que apenas miran, pues muchos solo miran a la tele que tienen incorporada. No se me ocurre otra forma de describirlo que la de un autentico infierno en la tierra, totalmente insorportable mientras uno no se acostumbra al ruido. Comprendi entonces lo apropiado del titulo de aquel disco de Mano Negra: "In the Hell of Patchinko"



Finalmente... la comida japonesa, por donde empezar?. Gracias a Amos y Rachel hemos podido ir a pequenhos bares poco turisticos donde no se hablaba una palabra de ingles, sumergiendonos de cabeza en la gastronomia del pais. Juan y los Danis disfrutan como enanos del sushi, mientras Patri y yo preferimos todo tipo de noodles y arroces. Muchos bares tienen fotos de las comidas o reproducciones en plastico (hechas con sorprendente realismo) para que puedas utilizar la vieja tecnica de pedir apuntando con el dedo.
En las fotos de arriba, mezclandonos con los locales en los bares del barrio y en un "standing sushi bar", o sea como tapear de pie pero a base de sushi. Abajo en un bar de noodles y una de esas increibles reproducciones de sushi en plastico.



En un pequenho bar de Nikko con unas Gyozas (especie de empanadillas) riquisimas, la duenha, una autentica visionaria del negocio, le pide a los extranjeros que le escriban carteles en diferentes idiomas para colgar en el escaparate del bar y atraer a la clientela. Si alguien pasa por Nikko deberia ver un cartel como este en la ventana de un barcillo de la calle que lleva a los templos.

Por ultimo, como curiosidad, quisimos sentirnos aun mas Bill Murray en "Lost in Translation", recordareis que estaba en Japon para un anuncio de un whisky japones, Suntory. Pues el whisky de marras esta bastante bueno (mezclado con cola claro), no pudimos evitar fotografiarnos en modo anuncio, aqui teneis a Patri dignisima con el batin que teniamos en el hostal. De verdad que esto es como vivir en una pelicula.

viernes, 11 de enero de 2008

Sydney

Despues de ese peazo par de dias de merecido y agradecido relax, y de recuperarnos del susto del hoStel (lo limpiaron un poco y quedo mas decente), nos hemos dedicado a explorar Sydney, una ciudad muy cosmopolita pero con un ambiente muy relajado e informal. Para mi esta ciudad tiene incluso mas encanto para vivir en ella que para visitar como turista. Con la excepcion de la Opera que es espectacular, el resto de lugares son de disfrute diario y cotidiano. Tiene un monton de zonas verdes bien integradas dentro de la ciudad donde sentarte de picnic con unas vistas maravillosas.



Para hacer boca, empezamos la visita al mas puro estilo ingles...nos fuimos a ver un partido de Test Cricket entre Australia e India. Estos partidos son los tradicionales en los que todos los jugadores van vestidos de blanco y cada partido dura entre 4 y 5 dias!! (menos mal que teniamos a Simon cerca para explicarnos las reglas). Hizo un dia soleado lo cual en principio es bueno, pero al ver que teniamos que estar sentados bajo un sol de justicia durante mas de 6 horas, invocamos a la lluvia con ritos ancestrales...por supuesto no funciono. El juego en si, al menos en esta modalidad, es bastante aburrido pero la gente viene al estadio con los amigotes y se toma unas cervezas de charleta. Se trata mas de un evento social que de un espectaculo vibrante...siendo politicamente correcto.



Fuimos a un mercadillo gigante en Chinatown (paddy's market) en busca de un nuevo reloj Casio F-91W...quien no querria tener uno no?. El anterior paso a mejor vida en un pequenho despiste mio cuando me olvide de quitarmelo en la inmersion en el arrecife de coral, los 17,5 metros de profundidad no le sentaron bien al chaval y va y se apaga tras unos ultimos estertores impresionantes....la verdad es que era water-proof pero no se porque no me atrevi a reclamar a la casa!!

Otro dia visitamos la famosa Bondi beach, una playa al este del centro que atrae a mucho surfista y turista. Es una playa muy ancha que nos recordo un poco a la playa de la Concha en Donosti. Despues de broncearnos un poquito, con una hora aqui ya tienes mas que suficiente, nos dimos un paseo super-agradable por las playas vecinas petadas de surfista hasta llegar a Coogee. El culto al cuerpo en Australia y en particular en Sydney recuerda mucho a Brasil...mientras tu paseas en modo viejito te pasa por todas partes gente corriendo con su ipod amarrado al brazo y para mas inri, durante el trayecto te cruzas con gente haciendo flexiones y abdominales...vamos que el sentimiento de culpa iba in crescendo, mientras Martinha estaba encantada viendo pasar a semejantes maromos.



Un dia que amanecio nubladete, recorrimos un poco la ciudad: The rocks, Circular Quay y Darling Harbour. Finalmente nos zambullimos en el Aquarium buscando a Nemo. Alli estaba junto a sus inseparables anemonas todo currinho. Tambien vimos cocodrilos, tiburones y rayas gigantes. El acuario esta muy currado y nos pasamos una tarde superagradable embobados viendo "pececillos".





Intentando llegar a Palm Beach tuvimos un pequenho error de calculo y no lo logramos. Alla nos fuimos los dos tan contentos a la playuni, nos subimos al bus y empezamos a disfrutar de las vistas...al pasar la primera hora, empezamos a asustarnos y al ver que aun quedaban 21 kilometros para la playa nos echamos a reir con una risa floja. Al llegar a la segunda hora tuvimos que bajarnos del bus comer un bocatita viendo el mar en Newport (faltaban 11 km) y dar vuelta pa casa para llegar a tiempo de recoger nuestro visado para la India. Como decimos alguna vez, Shit happens!!

Visitamos las Blue Mountains, a dos horas en tren de Sydney. Una cordillera formada por valles frondosos y canhones escarpados con unas vistas bastante chulas. Paseamos un par de horitas y pudimos ver las "Three Sisters" y una cascada con un arco iris increible.



Pero la auntentica joya de la corona es sin duda la Opera House. Como todos sabeis, es un edificio precioso con unas formas que recuerdan a un barco con las velas hinchadas y emplazado en un lugar privilegiado (el unico edificio cuyo exterior me impresiono tanto es el guggenheim). De cerca el edificio esta hecho con una especie de azulejos en varios tonalidades de blanco (aqui Marta podria describirlo mejor, blanco roto, blanco perla...y todos esos colores inconfundibles :)). Arovechamos para ver un espectaculo en el concert hall y nos planteamos dos opciones: Jose Carreras o "Le Grand Cirque". Jose tiene el cache de lo mas subido asi que..."QUE VIVA EL ESPECTACULO". Un circo de acrobacias y colores parecido al circo del sol pero un poco menos profesional, lo disfrutamos mucho. Al salir, hicimos un par de fotos de noche de esas de no respires que te mueves.



Tambien hemos tenido una vida social bastante agitada, con muchos reencuentros y cenitas o cervezas con gente que nos hemos ido encontrado por el camino y que, siguiendo a las hordas, llegaron a Sydney rondando el fin de anho. Estuvimos de nuevo con Laetitia (la recordareis en Queenstown) y con Kevin (uno de los irlandeses con los que nos fuimos de parranda en Brisbane).



Otro dia quedamos con Joanne, una amiga de Sydney que conocimos en Abel Tasman (Nueva Zelanda) y fue la pareja de Javier en nuetra excursion en Kayak. Junto a ella hicimos uno de los trayectos de ferry mas recomendables hasta Manly y desde alli nos dimos una pateada de 3 horitas por la costa. Es el mismo trayecto que Joanne hizo con Javier hace unas semanas (la pobre se lo debe saber de memoria), por cierto, a nosotros tambien nos llovio a ratos.

Como nota culinaria, antes de comenzar nuestro periplo asiatico teniamos que atiborrarnos de proteinas con un buen trozo de carne, que si bien no alcanza a los estandares argentinos, hacia tiempo que no comiamos un filete como dios manda. Un poco morrinhentos despues de pasar estas fechas fuera de casa, hicimos una parada en la calle Liverpool donde esta instalado lo que ellos llaman el Spanish Quarter. Probamos en un asturiano... el chorizo a la sidra casi nos salta las lagrimas, pero para rematarlo tenian Estrella Galicia...buuuaaaaahh!!



Manhana empezamos una parte del viaje que nos apetece mucho, un cambio de cultura en toda regla, nos vamos a Asia. Primera parada...Japon.

Un beso para todos.

Juan y Marta