martes, 17 de junio de 2008

El final... casi

El tren en el que pasamos la noche de mi cumple recorrio practicamente toda Malasia antes de dejarnos al norte, cerca de Kuala Besut, donde cogimos una lancha que nos llevo a unas islas llamadas Perhentians. Es un lugar completamente paradisiaco, y a pesar de coincidir con las vacaciones escolares en Malasia, no nos lo encontramos tan lleno como esperabamos, ni mucho menos. Primero nos fuimos a la mas grande de las islas, Pulau Besar, pasando unos dias junto a aguas cristalinas y bosques selvaticos.

Estas islas son un lugar fantastico para el buceo, y aunque no estaba en los planes, me acabe apuntando a un curso PADI de Open Water. A Juan no le importo quedarse un poco solinho por unos dias, tampoco es que este sea el peor lugar del mundo para ello. Durante tres dias y medio mi companhera Karin y yo estudiamos duramente para el examen de certificacion (abajo nos veis haciendo el examen), no es que fuera complicado, pero este no es el tipico lugar en el que uno espera encontrarse estudiando por las noches, asi que fue un poco duro.



Pero no todo era teoria... Habia obviamente mucha practica y eso fue bastante mas divertido. Como aqui no hay aguas "confinadas" para hacer las practicas, o sea piscinas, esa parte de las pruebas las hiciamos en aguas poco profundas de playas desiertas a las que solo se accedia en barquita. Los ejercicios reales de buceo los haciamos rodeadas de corales y vida marina totalmente espectacular. Estas fotos son de la ultima inmersion, una gozada. Vimos varias tortugas, peces angel (el que sale en la foto con rayas azules), peces trigger, muchos peces payaso (o sea Nemos) nadando en sus anemonas, rayas... el lugar perfecto para enamorarse del fondo marino.





Y que hacia Juan mientras tanto? pues como se habia resfriado un poco y no podia bucear asi, se paso unos dias haciendo snorkelling (o sea buceo con mascara y tubo) por toda la isla. Creo que se la conocio casi entera y disfruto tambien un monton. Vio algunas tortugas gigantescas (no siempre hay que ir a aguas profundas para encontrarlas). Fue atacado por un pez trigger que estaba cuidando su nido con huevos (y en estos casos se ponen un poco agresivos) pero no paso nada, unos golpes de aleta y un "esta bien ya me voy" fueron suficientes para seguir cada uno su camino.

Tambien vio, y esto es lo mejor, decenas de tiburones, y es que por aqui hay muchos tiburones de los arrecifes, de los llamados blacktip. Se suponen inofensivos para el hombre, o eso parece, y suelen nadar siempre en la misma zona, asi que para alla se fue Juan y volvio en estado de shock de haber visto tantos. Confeso haberse largado cuando aparecio uno bastante grande, la mama de los tiburoncitos, y se dijo "aletas para que os quiero". Aqui lo vemos, cual lobo solitario, saliendo del agua con sus aletas y su mascara, paso tanto rato a remojo que no se como no encogio.

Tras unos dias agotadores, Karin y yo fuimos recompensadas con nuestra certificacion. Aqui estamos con nuestra instructora, Petra, entregandonos nuestro carnet provisional. El momento de la graduacion, vamos. Estabamos encantadas, sobre todo por no tener que volver a visualizar los soporiferos videos del curso.

Como queriamos conocer todo el archipielago, nos cambiamos a la isla mas pequenha, Pulau Kecil. Se supone que es la isla de los mochileros, de ambiente mas juvenil que la otra, mas bares para guiris vamos. La verdad es que era otro pequenho paraiso de corales, tambien tiburones y mucha vida marina. Aunque si tuvieramos que escoger nos quedariamos con la otra isla, donde habia una mayor preocupacion medioambiental, estaba algo mas cuidada, y las playas y el monte estaban mucho mas limpios.



Aqui no solo vimos tiburones y peces de todo tipo, los bungalows estaban rodeados de una amplia fauna terrestre, los cocoteros y plataneros estaban plagados de ardillas, los geckos (lagartijas gigantes) aparecian cada noche atraidos por las lamparas. Pero la madre de todos los lagartos fue este mastodontico "monitor lizard" que vimos junto a nuestra ventana el ultimo dia. Nos quedamos un buen rato pasmados observandolo y cuando pudimos articular palabra solo nos salio un "madre mia que bicho tan grande!!".



Ademas de eso, nos relajamos, nos tumbamos a la bartola, y difrutamos de las frutas tropicales disponibles. El tiempo no acompanho estos ultimos dias, y aunque hacia calor, llego a llover y estuvo bastante nublado. En fin, considerando donde nos encontrabamos tampoco era para quejarse, y el color turquesa de las aguas poco profundas resaltaba mas, si cabe, bajo las nubes grises de la tormenta que veis abajo.





Tras unos maravillosos dias en Malasia nos volvimos a pasar una entretenida noche en un tren de vuelta a Singapur, al dia siguiente cogeriamos un avion de vuelta a casa. No teniamos mas tiempo, pero nos ibamos con la clara intencion de volver para conocer mas a fondo este maravilloso pais, donde sobre todo nos impresiono el caracter sonriente y alegre de los malayos. Casi todos los que tratamos fueron tan amables que merecen que se mencione. Aqui estoy el ultimo dia con las chicas que trabajaban en el hotel. Juan esta con la duenha del restaurante donde comimos en Kuala Besut, un bar llamado April donde nos trataron maravillosamente, nos dieron comida casera cocinada con carinho y les debimos caer bien porque nos acabaron regalando unos trozos de pollo frito riquisimos. "Present for you", nos dijo la chica cuando nos lo trajo.



A la manhana siguiente ya estabamos de vuelta en Singapur donde Juan, al fin, materializo la compra de su PSP (lo vemos cual ninho con zapatos nuevos). Tuvimos un precioso dia de despedida en el que paseamos junto al rio y disfrutamos, otra vez, de esta espectacular ciudad de verdisimos jardines y moderna arquitectura.



Nos habia quedado una tarea pendiente aqui, comprobar si el famoso chili crab estaba a la altura de las expectativas. En un restaurante en La Esplanade nos dimos un autentico festin de marisco: una ensalada de langosta que nos encanto, langostinos rebozados que se comian con piel y todo, y como no, chili crab. Resulto ser un cangrejo a medio camino entre centolla y buey de mar, cocinado en una espesa salsa picante... verdaderamente delicioso. Pasamos un buen rato pringandonos hasta los codos, rechupeteando, sorbiendo... comprobando, en fin, que la fama del "cangrejito" era merecida.



Esa misma noche, con una mezcla de sentimientos encontrados, cogiamos un avion de trece horas a Londres (Europa de nuevo!). Desde alli tomariamos otro avion que nos dejaria a las 12:00 horas del viernes 13 en Madrid. Era el final, tras 11 meses y medio de viaje, 351 dias, 15 paises, 3 continentes, millones de fantasticas experiencias... volviamos a casa!!!. Era duro, pero tambien alegre al saber que volveriamos a ver a nuestra familia, a nuestros amigos y que al fin podriamos comer tortilla de patata y jamon serrano....pero esa, es otra historia.

martes, 10 de junio de 2008

Singapur

Estamos en Singapur, la capital financiera de Asia...y vaya si se nota, de un vistazo se ve que la ciudad esta a un nivel diferente del resto de capitales de la zona.

Es una ciudad super moderna que nos ha recordado mucho a Sydney. Tiene muchos paseos pegados al rio con una mezcla de rascacielos y antiguos edificios coloniales que sorprendentemente se complementan de una forma muy vistosa. Quiza sea porque los rascacielos no son macizos cuadradotes de colores chillones sino ingenios de arquitectura de formas caprichosas.





Lo unico malo de esta ciudad desde mi punto de vista, es la cantidad de normas surrealistas que existen para la "correcta" vida diaria.

Yo creo que un buen sistema legislativo es aquel que dispone de pocas normas, en Sinpapur evidentemente piensan lo contrario, con lo que terminas leyendo normas tan obvias como que puedes ser multado por cagar en el suelo...y pienso yo, que pasaria si lo haces en una silla o en una alfombra...vamos que es ridiculo pormenorizar ciertas leyes ya que el numero de posibilidades seria infinito.

Llegamos aqui con ganas de comprarnos algun capricho electronico, atraidos por la fama de sitio barato que tiene esta ciudad para eso. Como siempre es mas bonita la ficcion que la realidad, despues de patearnos mil y un centros comerciales, hemos llegado a la conclusion de que en determinados articulos no hay diferencias (por ejemplo moviles) y en otros te ahorras entre un 10 y un 20%...menos da una piedra asi que yo me voy a comprar la psp que aqui es todo un exito. Paseando por uno de los centros comerciales nos topamos con esta tienda....supuestamente de productos espanholes de los cuales solamente conociamos un par.

Por las tardes-noches cansados ya de tantos precios y "gadgets", nos dimos un par de paseos muy chulos. En uno de ellos, terminamos llegando junto a una estatua muy famosa de Singapur: el "merlion", mitad pez, mitad leon. La comparan con el "manneken pis" de Bruselas, el entorno desde luego es bastante mas bonito que el belga.



Otro paseillo nos lo dimos por el llamado barrio arabe, que en su dia fue un pueblo aledanho mayoritariamente poblado por malayos (de ahi la religion musulmana), que termino siendo engullido por el crecimiento natural de la ciudad. Hoy dia segun lo que nosotros vimos, cuenta con una gran cantidad de personas de oriente proximo y esta repleto de tiendas de alfombras y sedas y algun que otro bar con shishas.

Y silenciosamente llegamos al gran dia....el cumple de Marta!! pensando en algo especial, nos fuimos a una noria gigante que esta en la punta este de la ciudad para disfrutar de las vistas. Dicen que es la noria mas alta del mundo...desde luego era mas alta que la de Londres. Las vistas eran impresionantes sobre todo en su punto mas alto...pero tuvimos un poco de mala suerte y nos llovio durante parte del trayecto, shit happens!



Como no podia ser de otra forma, gran parte del resto del dia lo pasamos en un tren rumbo a Malasia. Asi que de nuevo tuvimos cena picnic y pastelitos con velas, al ritmo del traqueteo de la locomotora (un poco violento en algunas fases del viaje).



Para saciar el apetito, probamos algunas de las especialidades tipicas de la zona con un exito dispar. Los "satays" (pinchos morunos) y los "popiah" (especie de rollito primavera pero con el exterior tipo crepe) estuvieron muy ricos, en cambio el "laksa" que era una especie de sopa-curry no nos gusto mucho. Para acabar probamos el pastel de zanahoria, que para mas conha no lleva ni zanahoria y no es dulce, sino mas bien una especie de tortilla con rabano cocido....aunque parezca mentira estaba bueno.



Nos falta probar el cangrejo con chili que parece lo mas autentico, a la vuelta lo probaremos. En esta primera tanda estabamos un poco asustados de lo parecidos que eran tambien los precios con Sydney. Nota mental: a nivel presupuesto, Singapur no es parte del sudeste asiatico.

Pues tristemente Singapur no nos dio para mas....con esto de la cercania del final del viaje nos estan entrando las prisas y nos vamos ya hacia Malasia.

Un beso para todos.

Juan y Marta

jueves, 5 de junio de 2008

En barco, autobus, tren y avion.

Dos dias. Dos dias completos nos llevo remontar el rio Mekong, entre Luang Prabang y la frontera con Tailandia. Lo hicimos en un pequenho y ruidoso barquito que soporiferamente se deslizaba rio arriba entre selvas y platanales. La comodidad de los asientos era muy desigual, y si bien el primer dia habia asientos blandos (aunque no para todos), el segundo dia los banquitos eran tal cual los de una iglesia romanica en el siglo XII: austeros.



Lo unico que puede hacer uno para no desesperar y arrojarse al agua deseando ser devorado por uno de los famosos peces gigantes del rio, es relajarse y disfrutar del paisaje, leer, escribir... o hacer lo que los locales hacen, tirarse en esterillas y dormir.



Asi paso Juan su cumpleanhos, diez horas de barco leyendo y haciendo sudokus. Estos ultimos causaron sensacion entre algunos laosianos que le pidieron que les ensenhase la tecnica. Lo mas dificl fue hacerles comprender en ingles macarronico que el metodo de prueba-error no era el mas adecuado, pero al menos pasaron un rato entretenidisimos hasta que se aburrieron. Esa noche dormimos en un pueblo junto al rio, en medio de la nada, donde no habia luz y todo funcionaba con generadores durante unas horas. Hicimos lo que pudimos, la cena se puede decir que fue romantica y hasta hubo minimagdalena de cumpleanhos con velas y regalo.



El segundo dia, tras ocho horas, el barco nos dejo en la orilla laosiana del rio, solo diez minutos antes de que cerraran el paso fronterizo con Tailandia (17:50). Salimos como balas hacia el control de inmigracion para intentar cruzar la frontera...pero no fue posible. El agente laosiano nos decia que si nos sellaba la salida de su pais quiza nos quedasemos atrapados entre las dos fronteras porque el puesto tailandes estaba a punto de cerrar, a lo que le replicamos: llameles y digales que vamos para alla... "no tengo su telefono" fue todo lo que obtuvimos por respueta... que falta de sincronizacion no? Pero nos preguntamos que pasaria si uno cruza, porque barquitos habia para hacerlo, y se queda entre dos pasos fronterizos...en una especie de limbo geografico? El hombre no estaba por la labor y acabamos haciendo noche en la frontera Laosiana, viendo el rio y al otro lado, a tiro de piedra como quien dice, Tailandia.

De todas formas, hay que entender que si los barcos llegasen a la hora prevista, con tiempo de sobra para que los viajeros continuasen hacia Tailandia, los empresarios hoteleros locales no estarian nada, pero que nada contentos.



Despues de todo no nos salio tan mal, al dia siguiente recorrimos en una chalupilla esos ultimos metros, y a pesar de que tuvimos que conseguir a codazos que nos estamparan el sello de entrada en el pasaporte, llegamos a tiempo para coger un minibus que nos llevaria a Chiang Mai, nuestro destino en el norte de Tailandia. Antes de las 4 de la tarde ya estabamos alli. Terminaba una odisea de dos dias y medio para llegar a Chiang Mai desde Luang Prabang en barco, chalupa y furgoneta.

Esa noche nos esperaba una cena con viejos y nuevos amigos. Volvimos a cenar con Fernando y Nina que habian quedado con Maria y Javi, viguesa y sevillano dando una vuelta al mundo... nos alegra saber que no estamos solos. Aqui estamos disfrutando de una costumbre muy tailandesa, cenar en bares de "quita y pon" en la acera, acompanhados de unas beer Chang, la cerveza de elefante, muy Thai.

Chiang Mai es una de las principales ciudades del norte de Tailandia, fue un reino independiente hasta el siglo XVIII, por lo que la cantidad de historia que encierra la ciudad no es poca. Como siempre, habia templos (Wats) para aburrir, y con calminha recorrimos solo algunos de los mas importantes. Y es que tenemos que confesar que, llegados a este punto, ya estamos un poco cansados de paseos sofocantes bajo un sol de justicia, trekkings y aventuras fisicamente exigentes. Y lo que de verdad nos apetece es un poco de relax, o al menos actividades un poco mas tranquilas.






Asi que primero nos fuimos a un curso de cocina Tailandesa, donde seguimos ampliando conocimientos para deleitaros a nuestra vuelta. Empezamos por practicar, con exito irregular, el "tallado" de frutas decorativas, parece facil pero en cuanto te pones...ya no lo es tanto. En cuanto a los platos que cocinamos no sabria con que quedarme, quiza los curries hechos a golpe de mortero, el pollo con anacardos y el omnipresente sticky rice (o arroz glutinoso).



El sticky rice es muy tipico tanto en Laos (donde olvidamos mencionarlo) como en el norte de Tailandia, se trata de un arroz pegajoso con el que se forma un gran mazacote del cual se van cogiendo pequenhas bolitas con la mano, para mojar en salsa o para comer solas. En definitiva, es el equivalente a nuestro pan, y es normal ver a la gente con una bolsa de arroz bajo el brazo de la que van comiendo poco a poco. Pues si a uno de eso pegotes de arroz, le echas leche de coco mezclada con azucar de palma, y le pones unos pedazos de mango al lado, consigues uno de los postres mas tipicos, delicioso, pero un poco bomba. Me temo que estaba tan bueno que desaparecio antes de que nos acordasemos de hacerle una foto.



Por si cocinar no fuera suficientemente relajante, nos apuntamos a un curso de meditacion. Si, habeis leido bien, meditacion budista. Y es que no solo creo que sea interesante y beneficioso aprender a meditar, sino que no esta mal que despues de tantos meses recorriendo el sudeste asiatico aprendiesemos un poco sobre la religion mayoritaria de la zona. En un centro de meditacion en las afueras de Chiang Mai pasamos dos noches practicando diferentes tecnicas de concentracion y meditacion, asi como discutiendo de budismo con el maestro Phra Saneh Dhammavaro, y un grupo de monjes jovenes alumnos suyos. Evidentemente es poco tiempo para aprender, pero suficiente para hacer nuestros pinitos y poder luego practicar en casa. Aqui veis a Juan dias antes del curso empezando ya a practicar, y una imagen de las modernas instalaciones y las habitaciones que nos asignaron (no mixtas por supuesto) en el centro. Eran mejores que la mayoria de los hostales en los que hayamos dormido ultimamente.



Phra Saneh Dhammavaro es el director de Asuntos Academicos de la Universidad Budista de Chiang Mai. Conociendolo no he podido evitar hacer un paralelismo con Vicente Ferrer, salvando las distancias claro. Phra Saneh, como casi todos los monjes budistas, tiene cara de buena persona. La tunica azafran, la cabeza y las cejas afeitadas, todo eso ayuda. Pero el ademas tiene una voz suave y carinhosa que transmite paz, que relaja, aunque hable de las injusticias mas grandes del mundo, aunque este tratando de remover nuestras conciencias consumistas occidentales. Esto ultimo, no muy dificil, lo consiguio sin duda. La experiencia, en resumen, fue tremendamente enriquecedora en todos los aspectos. Como podeis imaginar, el maestro es el que esta en el centro de la foto.

Tras estos dias en Chiang Mai nos montamos en un tren con rumbo a Bangkok. No habiamos probado aqui los trenes y nos han gustado bastante, camitas amplias con una cortinilla, por aquello de la privacidad, un lujo vamos. Lo peor era que el tren daba unas sacudadidas que sacabn a uno hasta del suenho mas profundo... por mucho que uno intentase poner en practica toda cuanta tecnica de relajacion hubiera aprendido.

A la manhana siguiente ya estabamos de nuevo en Bangkok, solo un par de dias para hacer las ultimas visitas, las ultimas compras, y preparar nuestra salida hacia Singapur. Visitamos el templo de Wat Arum, en el que no habiamos estado. Nos gusto muchisimo, por su altura y sus vertiginosas escaleras, y su decoracion a base de trozos de porcelana. Las vistas desde arriba eran fantasticas, pero subir no era sencillo, y no os digo nada sobre la bajada. No apto para cardiacos.



Como nota culinaria, con nuestra vuelta a Bangkok, hemos vuelto a degustar la estupenda y economica comida callejera. Pinchos de pollo riquisimos y el inevitable Pad Thai que lo hacen en casi cualquier esquina, en puestos ambulantes. Lo malo es que para comerlo hay que sentarse donde uno buenamente puede, que suele ser el escalon o acera mas cercana. Para que no os quedaseis sin ver la foto del Sticky Rice con Mango, nos hemos sacrificado por vosotros y lo hemos vuelto a comer, esta vez en un mercadillo, y nos acordamos de hacerle la foto, ahi va.




Pasados estos dias, dejamos definitivamente Tailandia, despues de estar entrando y saliendo durante los ultimos tres meses, pero habra que volver, porque aqui aun nos queda mucho que ver. Asi que finalmente nos montamos en el casi unico medio de transporte que nos faltaba en las ultimas semanas, en este enorme Boeing que nos llevo directos a Singapur.

Me temo que esa parte la dejaremos para la proxima entrada. Os pedimos disculpas porque vamos con cierto retraso y os agradezco las felicitaciones de cumpleanhos a las que no he podido responder como es debido. De hecho, como pasamos mi cumpleanhos os lo contaremos en breve.

Un beso a todos.