Golfinhos e Tartarugas
Hola de nuevo, sentimos haber tardado tanto, pero es que como veréis más adelante, hemos estado muy "ocupados".
Como decíamos al final de la entrada anterior, estamos en el nordeste de Brasil, en el estado de Rio Grande do Norte, conocido principalmente por las maravillosas playas que bañan sus costas. Aunque, como podéis observar en la foto, el agua de la orilla tiene un tono parduzco provocado, no por la suciedad, sino por la mezcla con la arena y la tierra arcillosa de la costa.
Desembarcamos en Natal hace ya algunos días, y desde entonces nos hemos sumergido en este mundo de playas, frutas exóticas, caipirinhas y capoeira.
En lo que llevamos recorrido, nos hemos encontrado dos tipos de playa. Por un lado está el tipo de playa "mercadillo" como Ponta Negra, muy cerca de Natal. Aquí es difícil relajarse ya que la playa es un ir y venir continuo de puestos ambulantes, que esquivando sombrillas y tumbonas, te ofrecen absolutamente de todo: caipirinhas y cócteles variados, espetinhos (pinchos morunos), crepes, sopas, fruta, gafas de sol, ropa, pulseras y collares, lámparas, hamacas de red... y lo más ruidoso de todo, los puestos de una especie de dj´s ambulantes que venden CDs piratas y cuyo reclamo es poner la música a todo volumen (foto inferior izquierda).
Aún con este estresante panorama lo hemos pasado de lujo, prueba de ello son las imágenes que mostramos a continuación: una con nuestro, ya amigo, Maradona, que nos alquilaba todos los días las tumbonas y la sombrilla, y otra con nuestro barman particular Eribaldo, que nos preparaba unas Pinhas Coladas como la que véis ahí.
Por otro lado, están las playas más vírgenes y cuasi desiertas que rodean el pequeño y encantador pueblo de Pipa, donde nos encontramos ahora mismo. Aquí ni música ni ruidos, sino naturaleza y fauna exuberantes. Hoy hemos dado un paseo espectacular por las playas de la zona (momento que hemos aprovechado para sacarnos otra de esas fotos que tanto os gustan para que apreciéis nuestro incipiente moreno). Estas playas acaban en altos acantilados, y alguna de ellas no tiene acceso cuando sube la marea, es el caso de la "Bahía de Golfinhos" (imagen de la izquierda). En este lugar, como su propio nombre indica, nos hemos dado un fantástico baño entre delfines que pasaban a escasos metros de nosotros. Aunque es difícil hacerles fotos, os aseguro que en la imagen de la derecha podéis ver a Juan haciendo el muerto con un delfín pasando no lejos de él.
Otros ejemplos de la fauna que nos hemos encontrado en este precioso lugar son los pequeños macacos o titíes que nos han acompañado en el desayuno y que habitan en el selvático jardín de nuestro hostal. Se han puesto ciegos con los plátanos y los mangos que les hemos dado como véis en la foto. En la otra imagen, aunque tendréis que hacer un pequeño acto de fe todavía más grande que con el delfín, está una de las tortugas verdes que desovan cada año en estas playas y que, de hecho, están a puntito de hacerlo.
Como no todo puede ser tomar el sol y ver playas, nos hemos embarcado en diferentes actividades. Juan se ha hecho un curso de surf de 5 días que aún recuerdan sus músculos magullados. Ha conseguido ponerse de pie encima de la tabla (sin estar en la arena claro) y apunta maneras, aunque necesita tiempo. Prometemos vídeos a la vuelta. También hemos paseado en Buggy por todas las playas del litoral norte de Natal hasta llegar al punto más oriental de Sudamérica (se supone que desde aquí un avión llegaría antes a África que a São Paulo... eso dicen). El paseo incluía una amplia oferta de actividades de semi-aventura como tirolinas, paseos en camello (traídos de canarias según confesaron), descenso de dunas en tablas terminando en el agua (diferente al sandboard, también prometemos vídeos), y un sinfín de saca-reales más... divertido, pero un tanto borreguil.
Como nota culinaria, decir que los desayunos (cafés da manhá) en este país comienzan con una sorprendente cantidad de frutas, no siempre conocidas, que si bien me hicieron echar de menos el zumo de naranja en un principio, ya me han hecho olvidarlo. Goiaba, Cajú, Cajá, Mamão, Manga, Abacaxi, Melão, Melancia, Maracuja, Acerola...(la traducción la dejaré como deberes cual cuaderno de verano Santillana). Esta pasión por la fruta no se queda solamente en el desayuno, para comer, en la propia playa, preparan unas ensaladas de fruta deliciosas y para acompañarla nada mejor que el jugo de un coco...vamos, que sano, sano y rico, rico (Papá, estarás orgulloso de mi...no?).
Aunque no solemos hacer recomendaciones de hostales, en este caso nos gustaría hacer una excepción porque si Pipa es un paraíso, realmente hemos podido disfrutarlo a fondo gracias a nuestro anfitrión en el hostal "O Pomar da Pipa". Mario no sólo tiene un pedacito de selva con acogedoras cabañas donde recibe a los viajeros, sino que nos ha orientado magníficamente en los paseos que debíamos hacer para conocer lo más bonito del lugar. Obrigado Mario!
Seguiremos investigando a fondo este inmenso e interesante país. Estos que os quieren. Juan y Marta.