sábado, 21 de julio de 2007

Sal y Arena II

Aunque podíamos haber titulado esta entrada Cobre y Geysers.

Seguimos en San Pedro turisteando, ayer visitamos la mina de cobre de Chuquicamata, cerca de Calama, a unos 100 km de aquí. Se supone que es la mina de cobre a cielo abierto más grande del mundo, lo cierto es que se trata de un increíble socavón de casi 1 km de profundidad y 4 km de largo... vamos, enorme. Como muestra gráfica: la viva imagen de Antonio Molina y su gran éxito: "Soy Minerooooo".
El lugar impresiona por su productividad y grandiosidad (las ruedas de los camiones que trabajan aquí tienen hasta 3 metros y medio de diámetro), aunque también por su enorme cantidad de desechos acumulados en cerros artificiales que han cubierto parcialmente la ya abandonada ciudad de Chuquicamata (incluyendo uno de los hospitales, más punteros de Sudamérica en los años 60 que está enterrado bajo uno de los cerros). Como algunos sabréis, este lugar y las penosas condiciones de trabajo de sus mineros cuando la explotación de la mina corría a cargo de los USA, despertó los ideales revolucionarios del joven Che Guevara durante su periplo en motocicleta por este continente.

De vuelta en San Pedro, hoy viernes, y como despedida de Chile, nos hemos pegado el madrugón del milenio para visitar los Geysers del volcán Tatio al amanecer (eso implicó salir de San Pedro a las 4:30 AM). Esto ha supuesto una nueva prueba de fuego para nuestra indumentaria (-12ºC) y para nuestra adaptación a la altura (4500 metros) muy importante de cara a nuestro viaje al altiplano Boliviano.

El campo geotérmico del Tatio es un lugar alucinante, una amplia llanura repleta de fumarolas blancas que escupen vapor de agua con un ligero olor a huevo podrido. Caminar entre los pequeños cráteres de agua hirviendo escuchando su borboteo te hace sentir como un pequeño spaguetti a punto de ser cocido. Aquí vemos a Marta impresionada junto a uno de los cráteres.

Con un poquito más de sol y unos 30 grados de diferencia, hemos recorrido parte del cauce del río Puritama (con más agua de la que cabe esperar en un desierto), cuyo cañón está plagado de cactus gigantes de formas curiosas y enormes espinas. Estos cactus sirven de materia prima para la realización de todo tipo de objetos (lámparas, marcos, cajitas...) que se venden en el mercadillo de San Pedro.

Como nota culinaria del día, tras las críticas recibidas sobre nuestra mala alimentación, hemos catado en un pequeñísimo pueblo del valle (cuatro casas más iglesia) un sabroso pincho moruno de carne de llama hecho a la parrilla en modo self-service. De nuevo Marta, hincando el diente en la carne del mencionado camélido.

Mañana partimos hacia Bolivia y estaremos desconectados al menos tres días viajando por el altiplano lejos de cibercafés.

4 comentarios:

el pinza dijo...

francamente estoy asombrado con lo que nos habeis mostrado de Chile.
creo que en un viaje como el vuestro lo más importante son las personas a las que vas conociendo y el desenganche de la globalización, pero debo reconocer que una naturaleza así también enseña a relativizar.

Besos

Unknown dijo...

Ohhhhhhhhhh!!!!
Que pena no ver las fotos.... Sobre todo la de Marta comiendo a dos carrillos para contraatacar a la judiada de Julio. El año que viene habrá que hacerla de llama o algo así.

Buen viaje a Bolivia!!!
Muchos besitos,

Blógmulo dijo...

Chicos,

Que sepáis que os he hecho un guiño a vuestro viaje y vuestra inestimable aportación a la Fiesta India del año pasado en un post de mi blog: http://blogmulo.blogspot.com/

Besos

Unknown dijo...

mi pequeña aportacion, os sigo con el blog y me parece impresionante el viaje que estais haciendo, seguir asi...Juan espero que en el sandboard te haya pulido Marta que ya le daba a dolor por Andorra. Disfrutar del viaje que nosotros ya lo hacemos leyendo cada dia vuestras experiencias y viendo las fotos, que dan una envidia...Un saludo compañeros